El Frente Amplio chileno, que llevó al poder a Gabriel Boric, nunca construyó una base territorial y esa es una diferencia fundamental con la coalición de izquierda uruguaya que lo inspiró, al menos en el nombre.
10/04/2023
Así lo describió el polítólogo uruguayo residente en Chile Juan Pablo Luna en una entrevista con No toquen nada sobre el primer aniversario del gobierno de Boric.
Luna sostuvo que el Frente Amplio chileno representa un quiebre generacional con la izquierda trasandina tradicional que antes se agrupaba en la denominada Concertación.
“Ese quiebre se da y se ve en cómo hacen política. Pero se ve en cómo hacen política arriba, en la arena institucional, en los liderazgos. Pero el Frente Amplio chileno nunca construyó una estructura de base, esa es una diferencia fundamental con el Frente Amplio uruguayo. No tiene una presencia territorial, no tiene comités de base, no tiene liderazgos locales en buena parte del territorio. Entonces funciona muy desde arriba, en clave de redes sociales, videos para Twitter o TikTok, liderazgos nacionales que intentan movilizar desde arriba”, explicó Luna.
Esta característica lo hace muy similar a la vieja clase política chilena que también perdió enraizamiento popular.
“Uno puede ganar elecciones sin ese enraizamiento, puede constituirse en un líder nacional. Pero el poder que construye es meramente electoral que es bastante evanescente y por tanto es un poder bastante impotente cuando uno tiene que gobernar un país tan complicado como está Chile hoy”, advirtió Luna.
En ese marco, el gobierno viene experimentando un “giro conservador” sobre todo pautado por la preocupación por los problemas de inseguridad. Además, el gobierno quedó sin buena parte de su agenda al perder el plebiscito constitucional en setiembre del año pasado.
“Tanto en las élites empresariales como las élites políticas tradicionales (Concertación y Piñerismo) hay una sensación que me parece peligrosa de que el estallido pasó, la crisis pasó y hoy se tiene un gobierno domesticado”, dijo Luna.
“El estallido es una impugnación y un movimiento destituyente a la élite política tradicional, el empresariado y a las élites en términos más amplios. El proceso constituyente fallido de alguna forma coronado con la elección de Boric es el resultado de ese movimiento destituyente pero termina también siendo fuertemente destituido en el plebiscito del 4 de setiembre del año pasado. Mi sensación es que lo que pasa a raíz de eso es que la vieja élite a partir de eso dice que tenía razón. Mi sensación escuchando más ampliamente a la sociedad en focus groups que estamos haciendo con sectores medios y populares, es que la gente siente que no le gustaba el viejo sistema y no le gustó el nuevo gobierno. No es que se dio cuenta de que los anteriores eran lo que necesitaban. Cuando uno escucha hablar a los políticos tradicionales hay ánimo de restauración que en mi impresión no se condice con lo que uno escucha a nivel de la sociedad”, señaló.
Foto: Boric y Mujica durante una visita el expresidente uruguayo a Chile en junio de 2022. Martin BERNETTI / AFP
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